Los vigueses comenzarán a disfrutar la próxima semana de las instalaciones de la ETEA. Dispondrán de más de 20.000 metros cuadrados para pasear al aire libre y gozar de un espacio que lleva mucho tiempo cerrado al público.
Por lo que habrá que esperar es por las instalaciones deportivas. Y parece que más de la cuenta. Según el convenio firmado con Zona Franca, la entidad devolverá las instalaciones deportivas a la ciudad tal y como están: con un campo de fútbol en pésimas condiciones, una piscina de la que poco se puede aprovechar y un polideportivo que, entre otras cosas, tiene goteras.
La polémica surge ahora porque no queda claro quién asumirá el coste de las reformas, que puede ascender a varios millones de euros. BNG y PP se abstuvieron en el pleno de Zona Franca al considerar que debería constar en el propio convenio que Zona Franca entregaría a la ciudad las instalaciones en un estado razonable, para que pudieran comenzar a utilizarse ya.
Por el momento parece que pasarán a manos del Concello tal y como están. Ahora falta saber quién pagará las mejoras. Varios técnicos municipales están trabajando en la zona para valorar todos los desperfectos y elaborar un presupuesto que determine lo que costará mejorar y poner en funcionamiento las instalaciones deportivas de la ETEA.
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